Ya estamos camino a casa montados en el avión. Parece mentira que ya haya acabado esta maravillosa aventura en la que hemos podido disfrutar de infinidad de partidos y experiencias que no olvidaremos nunca.
Igual que cuando fui a Dublín me encontré con un país muy acogedor, en Alemania, de no haber sido por Claudia (espero que entendáis que no me acuerde de su apellido alemán y mucho menos me atreva a escribirlo si no es con ella delante), no hemos llegado a sentirnos parte de este país. Igual ha tenido que ver que la organización del torneo no ha estado lo atenta que debiera haberlo estado con nosotros, pero la cuestión es que no hemos llegado a empatizar mucho con Alemania.
Referente a la organización del torneo, hemos de tener en cuenta que tiene una carga de trabajo mucho mayor que un WC de bádminton convencional, y además cuentan seguro con muchos menos recursos. Es necesaria una clasificación de jugadores por categorías, disponer de unas instalaciones adaptadas, muchas más pistas, etc. y parece que no se han repartido del todo bien las funciones dentro de los organizadores porque ha habido muchas lagunas en su trabajo. Suerte para ellos que cuando llegabas a pista y arbitrabas a jugadores con unas limitaciones físicas tan brutales, quedabas inundado de su espíritu de supervivencia y lucha, y te hacían entender que un transporte mal organizado o un alojamiento diferente al debido en principio, no son más que pequeños escalones comparados con los muros que ellos deben trepar cada día. De todos modos, yo he echado de menos la figura de una persona en la organización del evento y en la conducción del torneo. Ella ya sabe quién es, y no hablo sólo en mi nombre cuando digo que no es que fuera de España se hagan las cosas de manera más seria, que también, es que cuando ella está al frente aprecias una entrega y una devoción por lo que hace y representa que nos contagia hasta el extremo de llevarnos a buscar la perfección en cada cosa que hacemos. Pero lo mejor de todo es que lo hace de un modo tan instructivo, que un solo segundo con ella vale más que horas con cualquier otro. No es que los demás no hagan bien sus funciones, simplemente es que nadie es capaz de hacerlo tan bien como ella.
Pero hablemos de los jugadores, ellos debían ser los protagonistas y ellos lo han sido. Llegas el martes después de muchas horas de viaje y ves esto:
Entonces es cuando empiezas a ser consciente de donde estás, en un Campeonato del Mundo! Después te encuentras con jugadores de todo el mundo, jugadores con unas limitaciones en ocasiones hasta crueles, pero que en raras ocasiones dejan de sonreir y de contagiarte con su alegría, sobre todo los asiáticos. En ese momento sientes que vas a formar parte de algo importante y cuentas los minutos hasta poder comenzar a hacer lo que has ido a hacer allí.
Más de 13 horas diarias, tres días consecutivos, son muchas horas, pero cuando llega el final terminan habiendo sido cortas. Hubiera estado allí otros 4 días más haciendo lo mismo, pero ahora tendré que esperar dos años hasta el siguiente WC y desear que la organización cuente con nosotros, porque yo soy sólo una pequeña pieza de un equipo de árbitros, y este campeonato sin ellos no hubiera sido tan especial.
Por otro lado estaban los jugadores españoles. Una pena por Simón, que unos cruces desfavorables le han privado de una posible medalla. Junto con Juan Antonio se rozó la proeza de conseguirla pero al final no fue posible. Ahí han estado también Javi, Roberto y Guillermo luchando desde sus sillas cada punto. Y al lado de ellos SIEMPRE ha estado Dina dándoles ánimo y apoyo para intentar vencer cada partido, pero el deporte es como es y a veces se gana, pero en muchas más ocasiones se pierde. Para mi no ha perdido ninguno de ellos, puede ser que no hayan vencido sus partidos, pero todos ellos han ganado nuestro respeto y el de muchos otros.
Cómo hemos disfrutado y qué rápido ha pasado, quedan para el recuerdo momentos como este
Momentos que nunca olvidaré!!!
Muchas gracias a tod@s los que nos habéis hecho disfrutar de esta experiencia!
Hasta pronto.
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